Muchos de nosotros, pensamos que cuanto más entrenamos más mejoramos, y que el descanso nos va a quitar todo aquello que hemos conseguido durante nuestros duros entrenamientos. Pues bien, esto es un grave error.
Incluir el descanso en nuestra rutina de entrenamiento es esencial para que nuestros músculos se recuperen del esfuerzo realizado, pues sufren una tensión a la que no están habituados, lo cual provoca pequeñas rotura de las fibras musculares. Por lo tanto, si queremos que su tamaño aumente y crezcan, debemos cumplir con el periodo de descanso para que se recuperen y podamos realizar la siguiente sesión en plenas condiciones. No debemos olvidar que nuestros músculos crecen mientras estamos descansando.
Entrenamiento y descanso son elementos ligados, por lo que un exceso de alguno de estos factores no provocará los efectos deseados en nuestro cuerpo.
Nuestros músculos necesitan una recuperación entre 48 y 72 horas para poder volver a entrenarlos, por lo que un buen entrenamiento podría ser entrenar un grupo muscular de lunes a viernes y descansar los fines de semana, pero esto ya debe adecuarse a cada persona con sus objetivos y disponibilidad.
Debemos conocer que el descanso tiene funciones mas allá de descansar y recuperarnos tras el esfuerzo. Cuando hacemos actividad física de manera muy continuada, nuestros músculos no se habrán recuperado, de manera que les sometemos a un esfuerzo que no pueden soportar y en consecuencia no se desarrollan y existe riesgo de lesión. El descanso nos ayuda a recuperar nuestros músculos, a cargar los depositos de glucógeno y a regenerar los tejidos dañados por el ejercicio.