Si has decidido correr, recuerda que siempre has de calentar previamente. ¿Por qué? porque es necesario para poner a punto todos los músculos y articulaciones que van a intervenir en el ejercicio y para minimizar el riesgo de lesiones. Además gracias a este trabajo previo vas ser más eficientes con el trabajo principal. Es decir, vas a correr mejor, porque tus músculos están preparados.
Vamos a darte una serie de consejos que puedes aplicar a los diferentes tipos de sesiones; así que toma nota:
Primero: Siempre debes movilizar las articulaciones que van a intervenir en la carrera, en especial los tobillos, la rodilla y las caderas.
Segundo: Si lo que vas a hacer es un ridaje, un entrenamiento de fuerza o cambios de ritma, además de la movilización, procura insistir en las zonas más débiles o propensas a lesionarse.
Tercero: En cambio, si te vas a enfrentar a un trabajo de intervalos o de cuestas, te recomendamos trotar en primer lugar, y después realizar los ejercicios de movilidad. Y ¡ya estás listo para el trabajo específico!
Eso sí, es muy importante que recuerdes esta regla de oro: “Nunca debes hacer estiramientos estáticos antes de los intervalos”.