Si no hago un entrenamiento perfecto o es mejor que no haga nada
La mayoría de la gente que se propone seguir una rutina de ejercicio a menudo acaba tirando la toalla. Empiezan con mucho entusiasmo pero a medida que pasan los días van perdiendo las ganas y la motivación inicial ante la falta de resultados inmediatos.
Tranquilo, eso nos ha pasado a todos. No tienes que desmotivarte por ello. Lo que es más, resulta habitual que al principio no te guste demasiado hacer ejercicio. Y precisamente, ese es uno de los motivos por el que más nos suele costar dar el primer paso. La buena noticia es que al final todo esfuerzo tiene su recompensa, y si consigues pasar esa barrera todo te resultará mucho más fácil. El ejercicio repercute en muchas áreas de tu vida sin darte cuenta. Tú solo tienes que enfocarte en hacer del ejercicio un hábito y los beneficios irán viendo poco a poco.
¿Se puede entrenar la fuerza de voluntad?
La fuerza de voluntad y su comportamiento ha sido objeto de estudio desde hace décadas. A mediados de la primera década de los 2000, dos investigadores australianos realizaron una serie de experimentos para ver si la fuerza de voluntad puede ser fortalecida con el tiempo, como si de un músculo se tratase. En su primer estudio, publicado en 2006, los participantes siguieron un programa de ejercicios 3 veces por semana durante un total de 2 meses.
Sorprendentemente después de un periódo de tiempo haciendo ejercicio, los participantes mejoraron su desempeño en esta prueba . Además parecía que habían mejorado también su constancia porque intentaban una y otra vez descifrar el juego, con lo que la tasa de abandono era menor. Esto llevó a los investigadores a la conclusión de que la práctica continuada de ejercicio puede aumentar tu fuerza de voluntad. Es decir, que mientras más haces ejercicio, fortaleces tus músculos, pero también entrenas tu fuerza de voluntad haciéndola cada vez más resistente .
Entreno ideal vs entreno real
El problema viene cuando te planteas hacer un entrenamiento modelo. Para ello previamente haces una selección atendiendo a varios criterios: planificación, consejos de entrenadores, gustos particulares, tiempo adaptado para cada sesión, instalaciones requeridas, material necesario,... y con todas estas variables obtendrás muchas opciones, pero a su vez muchas limitaciones.
Aunque es cierto que debes respetar la teoría del entrenamiento, esto no debe de servirte de excusa para no entrenar porque no cumples alguno de los parámetros en ese preciso momento. Lo ideal es que sigas las indicaciones al pié de la letra, pero si no eres capaz de cumplir todos los requerimientos no debes caer en la tentación de posponer el entrenamiento a otro día. A no ser que estés ante un peligro o riesgo para tu salud, lo mejor es que realices el entrenamiento. Aunque sea a medias. Eso será mejor que no hacer absolutamente nada.