Que comemos más de lo que nos hace falta lo sabemos todos pero cuando empezamos una dieta, pasamos al extremo contrario, a pasar hambre y precisamente ahí es donde empieza el problema.
El hambre es quizás el instinto más fuerte que tenemos, ese que nos mueve a buscar e ingerir alimento. La mayoría de las dietas actuales fallan por nuestra incapacidad de soportar esa sensación de hambre.
Sabemos que la mayoría de los hábitos alimentarios incorrectos observados en la población con sobrepeso/obesidad, son por desconocimiento nutricional y que las dietas en donde permanece como trasfondo constante el hambre, están basadas en un mal planteamiento. Tenemos por tanto que evitar el seguimiento de pautas que suelen ser perjudiciales para la salud y también para el control de peso. Si consumimos muchos azúcares nos proporcionará subidas y bajadas bruscas de glucosa, lo que nos provocará hambre al poco tiempo de haber comido.
Para controlar el hambre puedes ajustar tu alimentación a una serie de recomendaciones:
En conclusión, no debes dejar de comer para mejorar tu salud o perder peso, sino hacerlo de la forma correcta en base a unas pautas saludables. Una dieta saludable es la base de un cuerpo sano. Siguiendo una buena alimentación, te darás cuenta de que no sólo te sentirás y te verás muy bien, sino también tendrás mucha más energía para seguir adelante durante todo el día. Además, comer sano no significa restringir ni cerrar tus comidas a un número limitado de alimentos, sino cambiar los que te perjudican y comprender conceptos nutricionales básicos que te ayuden a tomar y entender mejor las decisiones.