Es un ejercicio difícil, de eso no cabe duda, pero puede que muchas de las ideas negativas que conoces acerca de ellas sean… ¡mentira!
Por lo que presta atención a los mitos que hemos recogido en este artículo:
Son malas para las rodillas y la espalda
No sólo no son malas, sino que cada estudio al respecto demuestra que las sentadillas mejoran la estabilidad de la rodilla y por lo tanto reducen el riesgo de lesiones. El único punto en que tu rodilla corre peligro es cuando te relajas en la fase de bajada, ya que en ese momento la articulación se abre exponiendo el tejido conectivo.
Es más hacer sentadillas regularmente reduce la tasa de lesiones y el tiempo de recuperación de las mismas según la National Strength and Conditioning Association (NSCA) y el Canadian National Alpine Ski Team sugieren.
Para proteger la espalda en este ejercicio deberías hacer las sentadillas con una ligera curvatura lumbar. Puede que de esta forma acumules más tensión en la parte inferior, pero la alternativa a esto suele ser una lesión a medio- largo plazo.
Las sentadillas ensanchan las caderas
No hay ninguna evidencia científica o empírica que corrobore la creencia de que la sentadilla ensancha las caderas. De hecho, cuando el glúteo mayor se desarrolla, crece hacia atrás, no hacia los lados por lo que en ningún momento afectaría a las caderas.
Sólo hay una forma de hacer sentadillas
¡ERROR! De hecho, si te interesa el tema habrás podido observar las diferentes variantes de este ejercicio.
Hay versiones con la espalda prácticamente vertical, que es la que practican los fisioculturistas, sin embargo los levantadores de peso o powerliftings tienden a hacer las sentadillas doblándose más en la cadera y de una forma más superficial que los fisioculturistas.
La biomecánica y la neurofisiología ha demostrado que hay diversos factores que hacen que los efectos de las sentadillas varien. Algunas de ellas son: la profundidad de la sentadilla, el grado de inclinación hacia delante o el patrón motor de la rodilla.
Las rodillas no deben sobrepasar los dedos de los pies
Sólo tienes que prestar atención a tu cuerpo en el día a día, verás como las rodillas sobrepasan en muchos momentos a los dedos de tus pies.
Es una cuestión fisiológica, que depende en gran medida de la estructura ósea de cada persona por lo que es difícilmente corregible mediante el entreno.
Mirar hacia arriba te ayudará a mantener la espalda recta
¡ERROR! Levantar la mirada puede forzar tu postura provocando una angulación inadecuada en la que debe situarse el peso. Lo fundamental en estos ejercicios es es mantener el cuerpo en equilibrio viendo que postura puede ser la más cómoda y adecuada para nosotros.
Al final todo se resume en personas. Todos y cada uno de nosotros somos diferentes, y aunque las pautas generales se establecen en base a criterios que funcionen a la mayoría, siempre debemos tener en cuenta nuestras propias particularidades.
Los consejos son relativos a cada uno y no todos tienen porque funcionarnos con la misma efectividad que al resto.