Resulta algo habitual en esta época del año ver los lineales de venta de los grandes almacenes repletos de alimentos dietéticos, snacks bajos en calorías y toda una amplia gama de productos dietéticos.

Septiembre, se ha convertido en uno de los meses más importantes para la industria del sector y esto se debe en gran medida a que cada vez somos más las personas que aprovechamos la vuelta a la rutina y el fin de las vacaciones estivales para ponernos en forma y perder esos kilos de más.

¿Quién no ha llegado a la oficina con la idea de perder esos kilitos extra que se ha traído como recuerdo de las últimas vacaciones? Seguro que más de uno habéis contestado con un sí a esta pregunta.

En este momento crucial es cuando aparecen los famosos productos light en nuestra mente y terminan aterrizando sin saber muy bien cómo en nuestra cesta de la compra.

Pero ¿realmente que nos lleva a compra estos alimentos? La respuesta es fácil. En su mayoría estos productos aseguran proporcionar una menor cantidad de calorías, un buen contenido nutricional y todo ello sin complicaciones de preparación. Por lo tanto te prometen solucionar mágicamente tus problemas de golpe.

 Aunque aparentemente esta parece ser la solución perfecta para conseguir lograr tus objetivos de dieta este otoño,  antes de incluirlos en tu alimentación habitual debes saber ciertas cosas acerca de ellos.

El primer dato que aportan los expertos a la cuestión es que uno de los problemas derivados de estos productos puede ser el consumo excesivo de los mismos. Aunque resulte una incongruencia, según afirman especialistas en salud, la sensación que producen los alimentos bajos en calorías, sumada al escaso tiempo de preparación que requieren, puede llevarnos a abusar de ellos. El problema no es que comamos mucho, sino que finalmente estemos consumiendo cantidades similares o incluso superiores de azúcares y grasas ¡sin ni tan siquiera ser conscientes de ello!

Por otra parte, también hay que tener en cuenta a los sustitutos del azúcar. Esos grandes desconocidos presentes en la mayoría de los alimentos light, low o diet.  Uno de los más importantes es el aspartamo, un edulcorante no calórico cuyo uso excesivo no es para nada recomendable, pudiendo producir incluso efectos secundarios en personas que padecen enfermedades hepáticas o en mujeres embarazadas.

Otro componente importante a la hora de revisar las etiquetas de los alimentos es la fructuosa, sustituto de sacarosa (azúcar natural), que aporta bajos niveles de glucosa en la sangre, no estimula la secreción de insulina  pero sin embargo ¡aporta el mismo número de calorías que la fuente de origen natural!

En cualquier caso, recuerda que lo malo en todo lo referente a tu alimentación son los excesos. Puedes tomarlos de forma esporádica y disfrutar de ellos pero debes ser consciente de que no basta con incluir productos dietéticos en la dieta para bajar de peso. Siempre es mejor seguir una alimentación equilibrada de acuerdo con tus gustos y tus necesidades. Procura que sea variada y contenga alimentos de todos los grupos.  Sólo así podrás conseguir que los resultados sean realmente efectivos, duraderos y sobretodo beneficiosos para nuestra salud.