Realizar una actividad física que incida directamente en el sistema cardiovascular nos ayudará a mejorar nuestra condición física, ajustar nuestro peso, eliminar toxinas y a reducir el riesgo de muchas de las enfermedades que más afectan a nuestra sociedad.
Nunca está de más recordar que el ejercicio cardiovascular es, sin duda, la mejor sesión de entrenamiento que podemos realizar para mantenernos en forma. La sangre en el cuerpo lleva grandes cantidades de oxígeno para ser transferidos a todos los demás órganos. Además de transportar oxígeno y nutrientes, el sistema cardiovascular también se encarga de eliminar las sustancias innecesarias, como el dióxido de carbono y las sustancias tóxicas.
El corazón es como el centro de mando que conecta con todos los órganos vitales. En el recorrido que la sangre realiza a través del cuerpo, la sangre transporta oxígeno a todos los órganos de nuestro cuerpo. Además de llevar oxígeno y nutrientes, el sistema cardiovascular también elimina las sustancias innecesarias, como el dióxido de carbono y las sustancias tóxicas. El ejercicio cardiovascular no sólo mejorar el rendimiento del corazón y los vasos sanguíneos, también aumenta la eficiencia estos y otros órganos en la utilización del oxígeno.
De ahí que se considere que este tipo de entrenamientos son los más completos para mantener la salud en su condición óptima.
Realizar un entrenamiento basado en ejercicios cardiovasculares un mínimo de 3 veces por semana es la mejor forma de mejorar nuestra condición física y de paso, fortalecernos ante muchas enfermedades.
El entrenamiento cardiovascular es un proceso continuo y existen una gran variedad de deportes en los que introduciendo variaciones en los ejercicios y su intensidad mejoraremos nuestros resultados y será difícil que nos aburramos. En este sentido es importante acudir a clases dirigidas por monitores profesionales y aprender a realizar correctamente estos ejercicios, lo que nos ayudará a reducir el riesgo de lesiones.También serán estos profesionales quienes nos podrán indicar el nivel de intensidad más adecuado para nuestro estado de forma y objetivos.
Como siempre recomendamos, antes de comenzar a realizar actividad aeróbica es preciso someterse a una evaluación médica general, y un test de esfuerzo.