Si sientes un dolor intenso en la planta del pie o a veces en el talón, que puede llegar incluso a no dejarte andar con normalidad es posible que padezcas fascitis plantar. Se trata de una inflamación de la fascia, una banda que se extiende por la parte inferior del pie y conecta el hueso del talón con los dedos. Su misión es tensar la base del pie y amortiguar el impacto que produce el acto de caminar.

La fascitis plantar suele darse en varones de entre 40 y 70 años. En el marco del deporte suele darse con frecuencia al realizar movimientos de impacto en el suelo por arrancadas. Puede producirse un fuerte impacto puntual o por muchos pequeños en la zona que el cuerpo no tiene tiempo de regenerar. 

Te contamos sus causas más comunes y algunos factores que predisponen a padecer este tipo de lesión:  

• Cuidado con los descensos y la sobrecarga de kilómetros: el exceso de carga en el pie causada por correr largas distancias, especialmente en terrenos desfavorables con pendientes pronunciadas o superficies desiguales es una de las causas más comunes de esta lesión

• Utiliza un calzado adecuado. El empleo de calzado inadecuado, con la suela demasiado rígida o blanda, un degaste excesivo del talón o una sujeción deficiente del arco plantar o del talón también figuran entre sus causas

• El exceso de peso. La obesidad también es un factor de riesgo porque el exceso de peso sobrecarga el tendón de Aquiles. Un sobrepeso de 3 kilos supone un impacto suplementario de 9 kilos en cada apoyo.

• La Edad: a medida que envejecemos la fascia plantar va perdiendo elasticidad. A esto se suma que la musculatura que participa en el movimiento del pie también va perdiendo su fuerza, y su capacidad de regeneración disminuye. Además, la capa de grasa presente en el talón, y que amortigua gran parte del impacto recibido por el pie, también disminuye, favoreciendo la aparición de lesiones en la fascia.

• Variaciones anatómicas: ya sea en los pies, como pies planos o excesivamente arqueados, ya se trate de desequilibrios biomecánicos en extremidades inferiores que nos obligan a un mal apoyo como dismetría (diferencia de longitud) de las extremidades inferiores, tibias curvadas o caderas en anterversión.

• También puede producirse por la presencia de un espolón calcáneo, que es un sobrehueso que está en el talón y cuando entra en contacto con la fascia ocasiona su inflamación.

• Técnica de carrera inadecuada, como una pronación exagerada o correr sobre las puntas de los pies pueden aumentar el riesgo de padecer esta lesión.

• Debilidad del músculo sóleo: se trata de un músculo situado en la pantorrilla por debajo del gemelo. Este músculo es el encargado de la flexión de la planta del pie, de modo que si se encuentra alterado, el paciente tratará de corregir la falta modificando su paso y pudiendo provocar así otro tipo de lesiones.

También deben tener especial cuidado aquellas personas que tiene limitada la flexión del tobillo y las que no hacen deporte, especialmente si tienen sobrepeso y practican deporte sobre superficies duras.