Cuando marcamos nuestros objetivos físicos solemos fijar nuestras metas en números entorno al peso ideal que queremos tener sin pensar en otros factores determinantes.
Es importante aclarar que el peso es únicamente uno de los indicadores del estado de forma de las personas, y que en ningún caso es un certificado de estar en forma o tonificado. Es más, en función de tu punto de partida es probable que tengas que mantener o incluso que ganar peso para estar en mejor forma física. Esto se debe a la ganancia de masa muscular generada por el entrenamiento. Además la grasa es mucho menos pesada que el músculo por lo tanto es muy habitual la paradoja de pesar menos (ya que la báscula no te dice si has perdido grasa, músculo o agua) y estar en peor forma, ya que la bajada de peso se puede deber al componente muscular y es un efecto no buscado por el entrenamiento.
Cada uno de nosotros tiene una composición corporal similar con varios compartimentos claros como son la masa magra (sin grasa) y la masa grasa. La masa magra se compone principalmente de los músculos, huesos y líquidos. El objetivo será que los músculos sumen un 45-50% del total del peso y que la masa grasa oscile entre un 10-15% en el caso de los hombres y un 20-25% en el de las mujeres. Con una dieta equilibrada y entrenamiento regular tu peso y composición corporal se irán modificando. Cada día te encontrarás mejor de salud y te sentirás más satisfecho con tu cuerpo.
Si miras solo la báscula puedes caer en un gran error: perder músculo y precisamente el músculo es nuestro gran valor para que nuestra composición sea equilibrada. Además, cuando entrenas tu cuerpo puede ganar peso y perder cm al mismo tiempo. ¿Cómo es posible? Sencillo, el músculo pesa más que la grasa y es menos voluminoso.
A la hora de adelgazar o bajar de peso existen muchos tópicos sobre el entrenamiento que debemos realizar. Uno de los clásicos es focalizar tus esfuerzos únicamente en el ejercicio cardiovascular evitando los entrenamientos de fuerza. Este tipo de rutinas puede que sean efectivas a corto plazo pero no son para nada recomendables desde el punto de vista de la salud. Reducir tu masa muscular puede provocar descompensaciones en tu composición corporal además de reducir tu metabolismo basal. Por tanto, mantener la masa muscular es muy importante a la hora de reducir peso y masa grasa, porque los músculos son el horno metabólico, el componente que nos hará quemar más calorías a lo largo del día. Preservar esta masa muscular nos ayudará a no reducir nuestro Ritmo Metabólico Basal (las calorías consumidas en el día).
Claramente estos consejos son básicos para mejorar nuestra composición corporal, pero hay otra pata que ya sabes que hay que controlar, la nutrición. Sin ella todo este proceso puede ser mucho más lento o incluso puede resultar un esfuerzo baldío si nuestra genética muscular no es buena. Comer productos naturales y equilibrar los principios inmediatos con el 18% de proteínas, un 55% de hidratos de carbono y un 27% de grasa, te puede ayudar a llegar a tener una composición corporal como hemos indicado arriba. En momentos incluso podrás aumentar la ingesta proteica, pero con mucho control, si puede ser por un nutricionista para evitar saturaciones del sistema renal o hepático.
Por ello, podemos decir que la receta final es: Dieta + cardio + fuerza = resultado de calidad
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