A la hora de cocinar e incluso de colocar y distribuir nuestra compra tenemos algunas malas costumbres que nos hacen ganar peso e incluso pueden llegar a perjudicar a nuestra salud.
Por lo general este tipo de hábitos nos parecen insignificantes pero en su conjunto pueden entorpecer nuestros objetivos cuando estamos llevando a cabo un plan de nutrición.
Algunas de las costumbres más comunes son las siguientes:
Las cosas que tenemos poco a la vista, como por ejemplo en la nevera, de alguna forma tampoco las tenemos en mente. Mantener las frutas y verduras visibles colocándolas en la parte superior del frigorífico o en un frutero en la mesa nos ayudará a consumirlas más. Estudios de investigación muestran que somos más propensos a consumir frutas y verduras cuando están fácilmente accesibles y visibles en la cocina.
Una rutina habitual después de cocinar es servir los platos y dejar la comida en la olla para sentarnos a comer. De esta forma es mucho más fácil que te levantes a por una segunda ración aunque no la necesites. Prueba a traspasar a un recipiente y a guardar en la nevera la comida que sobra después de repartir las raciones. Te ayudará a evitar el hábito de servirte un poquito más “para no tirarlo”.
Comer directamente del paquete altera la percepción de la cantidad de comida que tomamos de una vez y suele conducir a un consumo excesivo productos. Una costumbre poco aconsejable sobre todo si se trata de alimentos procesados, patatas fritas, etc., y en paquetes grandes. Para ser consciente de las raciones que tomamos en los aperitivos es bueno establecer la porción a consumir y servirlo en un recipiente distinto. También es aconsejable repartir la comida en varios envases más pequeños en vez de en uno muy grande para guardarlos.
Evitar tener en tu cocina un recipiente lleno de dulces o de aperitivos poco saludables. Picar estos “caprichos” mientras cocinas no te ayudará en tu objetivo de perder peso. Complícate un poco el acceso a este tipo de calorías mientras cocinas eliminando este tipo de recipientes o sustituyendo estos aperitivos fáciles por otros más difíciles de comer de forma exagerada. Por ejemplo, en un estudio, las personas consumieron un 41% menos de pistachos cuando se ofrecían con cáscara en vez de pelados.
Poner un chorrito de aceite de oliva o darle un toque de sal a un plato una vez que está terminado es una forma de añadir calorías extra en tu menú. Si al preparar tus comidas utilizas tazas y cucharas de medidas ten cuidado con ese toque personal que puede quedar muy bien pero no va a ayudarte en tus objetivos.
Cocinar con poca grasa te ayudará a dejar muchas calorías atrás, por lo que es importante controlar la cantidad de aceite, mantequilla u otras grasas que puedas emplear para cocinar. Poner en la bandeja del horno una lámina de papel de sulfurizado o de aluminio te ayudará a reducir la grasa que llega a tus platos. El uso de sartenes y ollas antiadherentes también te permite cocinar con muy poca cantidad de aceite. Y en ambos casos te resultará más fácil su limpieza posterior.
Como ves son pequeños gestos que todos hacemos de vez en cuando de forma inconsciente. Es importante que a la hora de cuidar tu alimentación seas lo más consciente posible de tus errores para poder corregirlos y mejorar tus resultados.
En Vitsania te ayudamos a conseguirlo mediante nuestros consejos y guías nutricionales. Empieza a tomar conciencia de tu vida para poder cambiarla.